Dermocosmética y cáncer: recomendaciones desde la oficina de farmacia

Dermocosmética y cáncer: recomendaciones desde la oficina de farmacia

El cáncer es una enfermedad que se presenta cuando las células de nuestro organismo se multiplican sin control y se diseminan a los tejidos que las rodean. Sigue siendo una de las principales causas de mobi-mortalidad del mundo. Se calcula que en 2040 se llegarán a desarrollar 29 millones de casos nuevos, lo que supone un aumento del 64% en esta patología.

Afortunadamente, cada vez, las terapias son más específicas y adaptadas a cada tipo de paciente, por lo que la esperanza de vida va aumentando a la vez que las complicaciones por los tratamientos van disminuyendo.

Tenemos que ser conscientes de la importancia del estado de ánimo y de la autoestima en este tipo de pacientes, ya que las alteraciones de la piel no sólo tienen repercusión en el aspecto físico, sino que también conllevan una alteración a nivel psicológico. 

Lo que implica que está en nuestra mano poder de realizar un buen consejo farmacéutico en cuanto a correctas recomendaciones y consejos en medidas higiénico-médico-estéticas. Es importante tener en cuenta que en este caso el tratamiento debe de ser una tarea multidisciplinar entre todos los profesionales sanitarios. 

La piel del paciente oncológico

La piel es el órgano más extenso del organismo, además, es la responsable de múltiples funciones fisiológicas. A pesar de la gran innovación en las terapias actuales contra el cáncer, nos encontramos con pacientes que sufren cambios en la piel. De manera que esta se puede encontrar más seca, frágil, reactiva y sensible. 

Las terapias oncológicas alteran drásticamente la función barrera y el sistema de defensa de la piel. Lo fundamental en este tipo de paciente es el mantenimiento de una piel limpia, mediante el uso de jabones syndet o limpiadores sin jabón. Los cuales realizan una limpieza mucho más suave, respetando el manto lipídico. Esto es así ya que tienen un pH más afín al de la piel (entre 5 y 7) porque están constituidos por detergentes aniónicos suaves como decyl glucoside (glucósido de decilo) o sodium cocoyl isethionate (isetionato de cocoil sódico).

La xerosis en pacientes de cáncer

La xerosis o piel seca, con frecuencia, es una de las características de la piel de este tipo de pacientes. Es normal observar una piel más áspera, descamada y en ocasiones con frecuencia podemos apreciar pequeñas irritaciones y heridas. En este caso lo fundamental es aumentar el contenido hídrico del estrato córneo.

Esto lo podemos conseguir a través de un aumento de la ingesta oral de agua y sustancias solubles, y con el empleo de cremas o lociones hidratantes. Lo fundamental es que este tipo de crema o loción contenga gran cantidad de ingredientes emolientes, ya que estos se van a encargar de formar una capa lipídica y protectora que evitará la pérdida de agua por evaporación. Entre los ingredientes emolientes podemos destacar la vaselina filante o la parafina líquida.

Prurito en pacientes de cáncer

Otra de las consecuencias a las que tiene que hacer frente el paciente oncológico es al prurito. Se traduce en una sensación de picor constante, en muchas ocasiones como consecuencia directa de la sequedad cutánea. La sensación de picor y escozor puede llevar al paciente en muchos casos a producirse lesiones por rascado. En este caso la medida de actuación sería la aplicación de preparados tópicos antipruriginosos y la administración oral de antihistamínico si fuese necesario. 

Hiperpigmentación en pacientes oncológicos

En ocasiones también podemos observar la aparición de hiperpigmentaciones, en este caso es muy importante hacer ver al paciente, que se va a tratar de una lesión temporal y reversible. Estas lesiones suelen aparecer debido a la exposición solar, lo cual es primordial la recomendación de un correcto fotoprotector, este debe de ser de alto factor protector y de amplio espectro. También puede resultar interesante en alguno de los casos la recomendación del uso de fotoprotección oral.

Mucositis en pacientes de cáncer

La inflamación de la mucosa de la cavidad oral y del resto del tracto gastrointestinal, mucositis, también es frecuente en este tipo de paciente. Se suele producir por la aplicación de quimioterapia o radioterapia en la zona de cabeza y cuello. Esta patología cursa con enrojecimiento de la mucosa oral, sensación de quemazón y aparición de aftas. En este caso es fundamental la recomendación de una higiene bucal muy minuciosa, ya que esta va a permitir al paciente evitar los problemas derivados de una posible infección bacteriana o fúngica. 

Es muy importante recalcar el cuidado al realizar la higiene para no generar nuevas heridas. Para el tratamiento debemos recomendar el empleo de antisépticos tópicos, anestésicos locales en caso de zonas con dolor localizado y, sobre todo, el uso de productos que ejerzan función cicatrizante y barrera, para proteger la mucosa. Debemos buscar que este tipo de productos estén formulados a base de ácido hialurónico y agentes protectores de la mucosa.

Radiodermatitis como consecuencia de la radioterapia

Entre las patologías que puede llegar a sufrir la piel durante el proceso de tratamiento nos encontramos también con la radiodermatitis. La radioterapia es una técnica que consiste en la utilización de altas dosis de radiación ionizante con el fin de destruir las células cancerosas y reducir los tumores. Esto implica que no solo se destruyan células cancerosas, sino que también produce daños en las células sanas del alrededor.

La radiodermatitis es uno de los principales efectos secundarios a consecuencia de la radioterapia. Se trata de una respuesta inflamatoria aguda o crónica en forma de eritema. La duración de esta puede ser de tres días a incluso semanas. En el caso de duración menor a 90 días se consideraría aguda y periodos superiores crónica.

El paciente va a notar una sensación de tirantez, sensibilidad e incluso escozor en la zona de irradiación. Este daño se produce por la liberación de los radicales libres que dañan el ADN y que alteran la maduración y reproducción de las células basales de la epidermis. En este caso debemos explicar al paciente que es muy importante evitar el daño mecánico en el área irradiada al igual que la exposición solar, y que si fuese necesario, podría administrarse corticoides de uso tópico bajo el control del equipo de profesionales sanitarios.

Debemos de tener en cuenta que la oficina de farmacia para el paciente oncológico va a ser un punto clave, ya que en nosotros va a encontrar consejo experto y un apoyo. Es muy importante que todo el equipo de la farmacia pueda prestar el servicio que este tipo de persona necesita, y sobre todo que tenga el conocimiento y la capacidad de poder enfrentarse a todas las dudas que este tipo de paciente pueda tener.