Las enfermedades cardiovasculares se posicionan como la principal causa de mortalidad a nivel global. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas se cobran la vida de aproximadamente 17,9 millones de personas al año.
Es por esto que, prevenir problemas cardíacos es esencial para llevar una vida larga y saludable. Desde las oficinas de farmacia, los profesionales de la salud pueden desempeñar un papel clave en la educación y la prevención. Aquí te ofrecemos 10 consejos para ayudar a tus pacientes a mantener sus corazones sanos.
Medición regular de la presión arterial
La hipertensión arterial es un factor de riesgo para las enfermedades cardíacas. Como parte de los servicios que se ofrecen en la farmacia, se puede proporcionar un servicio de medición de la presión arterial para los pacientes. Esta iniciativa tiene el propósito de incentivar la realización de mediciones regulares y mantener un registro.
Es importante no sólo medir la presión arterial, sino también educar a los pacientes sobre cómo interpretar estos resultados. Ofrecerles información sobre cuáles son los valores óptimos de presión arterial y explicarles los síntomas que podrían indicar que su presión se encuentra fuera de los rangos saludables es también de utilidad.
En caso de que un paciente presente lecturas elevadas, se le debe aconsejar ciertas medidas que pueden ir desde medidas higiénico dietéticas a que busque atención médica para obtener un diagnóstico preciso y, si es necesario, iniciar un tratamiento farmacológico adecuado. Esta acción temprana puede marcar la diferencia, previniendo problemas cardíacos más graves en el futuro.
Promover una dieta saludable desde la farmacia
Otra de las claves para mantener la salud cardiovascular es seguir una dieta equilibrada. Por ello, proporcionar información sobre una alimentación variada y saludable desde la oficina de farmacia resulta básico.
Los farmacéuticos deben recordar a sus pacientes la importancia de reducir la ingesta de grasas saturadas y sodio, que suelen encontrarse en alimentos procesados y comidas rápidas. En su lugar, se debe optar por alternativas más saludables, como frutas, verduras,grasas insaturadas en cantidades moderadas y proteínas de carnes magras.
Fomentar la actividad física
La actividad física regular constituye otro de los pilares fundamentales para cuidar la salud del corazón. El farmacéutico desempeña un rol crucial al informar a los pacientes sobre la importancia de mantenerse activos y no caer en el sedentarismo, entre otras medidas.
Es esencial animarles a encontrar una actividad física que les resulte placentera y que se ajuste a su nivel de condición física. Además, puede proporcionarles información precisa sobre el tiempo de actividad física recomendado cada semana (2-5 horas) y ofrecerle consejos sobre cómo incorporar el ejercicio de manera efectiva en su rutina diaria.
No hay que olvidar destacar los beneficios adicionales que conlleva la actividad física, tales como la reducción del estrés, que a su vez contribuyen a la salud cardiovascular.
Decir adiós al tabaco
De acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad en España, aproximadamente el 23% de la población mayor de 15 años fuma a diario, lo que constituye uno de los mayores factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardíacas.
Desde las farmacias, se puede brindar apoyo a las personas que desean poner fin a este hábito nocivo. Los boticarios pueden ofrecer una variedad de recursos que van desde la información sobre terapias de reemplazo de nicotina, como el parche de nicotina (Nicorette Clear) o el Todacitan, hasta programas diseñados específicamente para ayudar a las personas a dejar de fumar.
Es fundamental que el paciente comprenda los beneficios tanto inmediatos como a largo plazo de abandonar el tabaco. Esto incluye mejoras en la capacidad pulmonar y una reducción en el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otras afecciones graves. Este conocimiento puede servir como motivación para que las personas tomen la decisión de dejar de fumar y busquen la ayuda necesaria.
Control de peso
El exceso de peso y la obesidad son factores de riesgo significativos que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas. Es esencial que los pacientes comprendan la importancia de mantener un peso saludable para su salud cardiovascular.
Actualmente, se estima que aproximadamente 1 de cada 5 adultos se ve afectado por la obesidad, lo que subraya la importancia de abordar este problema en las interacciones con los pacientes. Es fundamental proporcionarles consejos sobre cómo lograr una pérdida de peso gradual que evite los temidos efectos rebote. Esto se logra promoviendo una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio, dos aspectos que hemos desarrollado anteriormente.
Además, los pacientes deben establecer metas de pérdida de peso realistas y alcanzables, y comprometerse con un plan que puedan mantener a largo plazo. En este punto, es relevante mencionar el uso del Índice de Masa Corporal (IMC) como una herramienta valiosa para evaluar su predisposición a padecer determinadas complicaciones mediante una simple relación entre su peso y su altura.
El IMC les brinda una mejor comprensión de su estado de salud y ayuda a establecer objetivos de peso apropiados. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC):
- Un IMC por debajo de 18.5 se encuentra dentro del rango de peso insuficiente.
- Un IMC entre 18.5 y 24.9 indica un peso normal o saludable.
- Un IMC entre 25.0 y 29.9 se considera sobrepeso.
- Un IMC de 30.0 o superior indica obesidad.
En ciertos casos puede ser necesario que el paciente consulte a un especialista. Este puede evaluar su situación personal y, en ciertas circunstancias, recetar medicamentos como complemento de un programa integral, Saxenda o Beacita son algunos ejemplos.
Suplementos y vitaminas para el corazón
Algunos suplementos y vitaminas pueden ofrecer beneficios significativos para la salud cardíaca. Uno de los ejemplos es el Omega-3, que ha sido objeto de estudios que lo asocian con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas.
En las interacciones con los pacientes, se puede proporcionar información detallada sobre el uso adecuado de estos suplementos, resaltando que no deben considerarse como sustitutos de una dieta equilibrada.
Es fundamental que la persona conozca las dosis recomendadas de estos suplementos y que esté al tanto de cualquier posible interacción con otros medicamentos que esté tomando.
Acabar con el estrés
El estrés crónico puede ejercer un impacto negativo en la salud cardíaca, y es posible que no todos sean conscientes de este vínculo. Como profesionales de la salud, los farmacéuticos tienen la responsabilidad de promover prácticas que ayuden a sus pacientes a manejar el estrés de manera efectiva.
La meditación, el yoga y la respiración profunda, han demostrado ser eficaces para reducir el estrés. Estas técnicas no sólo ayudan a relajar la mente, sino que también tienen un impacto positivo en el bienestar físico de las personas.
Las oficinas de farmacia pueden desempeñar un papel fundamental como punto de referencia para informarse sobre estrategias efectivas para manejar el estrés.
Revisiones médicas regulares
La detección temprana de problemas cardíacos es esencial para evitar complicaciones. Animar a hacerse revisiones médicas regulares con el médico de cabecera o cardiólogo puede ser un valioso recurso.
Los farmacéuticos pueden explicar la importancia de los chequeos de salud, que pueden incluir pruebas de colesterol, electrocardiogramas y evaluaciones de riesgo cardiovascular.
Realizar campañas de concienciación
Otra forma de ayudar es organizar campañas de concienciación en tu farmacia para informar a la comunidad sobre los problemas cardíacos y que hábitos pueden prevenirlos. En diversas ocasiones, la concienciación ha resultado clave para producir cambios. Algunos ideas para tu campaña podrían ser:
- Creación de folletos informativos.
- Publicar consejos en las redes sociales.
- Hacer mediciones gratuitas de la presión arterial.
Educar sobre la importancia de los tratamientos pautados
Por último, en situaciones en las que un paciente ya está tomando medicación para tratar una condición médica, como la hipertensión o la hipercolesterolemia, es esencial que éste comprenda cómo funciona el medicamento y por qué es fundamental seguir las indicaciones de manera rigurosa.
Explicar con claridad el mecanismo de acción del fármaco, así como los posibles efectos secundarios que podría experimentar, desempeña un papel importante en la relación farmacéutico-paciente. Además, es crucial que el paciente comprenda que debe comunicarse de inmediato con su farmacéutico, o médico, si experimenta algún efecto adverso.
Este enfoque proactivo no solo asegura que el paciente esté informado y comprometido en su tratamiento, sino que también promueve una mayor seguridad y eficacia en su atención médica.
En resumen, es fundamental que los farmacéuticos reconozcan que su establecimiento no se limita a ser simplemente un lugar donde se adquieren medicamentos o productos de parafarmacia. Sino que, además, la farmacia es un punto de referencia para los pacientes, es decir, un espacio donde pueden recibir valiosos consejos que promuevan mejoras en su salud.