El modelo farmacéutico mediterráneo es un sistema de eficacia y eficiencia contrastada que impera en países como Francia o España.
En este sentido, como principal característica es que se encuentra basado en la universalización de la Sanidad, donde todo el mundo tiene la posibilidad de recibir asistencia sanitaria y farmacéutica, independientemente de su lugar de residencia o cualquier otro factor, en todo el territorio nacional en las mismas condiciones de calidad y accesibilidad.
Otro de los factores más reseñables de este modelo es que la apertura de nuevas farmacias atiende esencialmente a criterios de volumen de población y de distancia física entre ellas. Además, como requisito, es obligatorio poseer titulación de farmacéutico para obtener la propiedad.
Sin embargo, cada vez con más fuerza, y fuera del sector sanitario y farmacéutico, surge el debate en torno a la liberalización de este modelo, dando entrada a otro sistema basado más en argumentos económicos que en criterios sanitarios.
Un modelo más “rentable” para la administración, que atomice la apertura de farmacia, concentrándolas en grandes farmacias aisladas. En este sentido, España es el país de mayor ratio de farmacias por habitante de la OCDE con 47,3 por cada 100.000 habitantes, el doble de la media, aunque el precio de los medicamentos es el tercero más bajo de Europa, según datos de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) en 2022.
Las farmacias más asistenciales serían las más afectadas
Si esta liberalización fuese efectiva finalmente, prácticamente todas las boticas se verían afectadas, ya que la entrada de grandes mercados y la mercantilización del producto y servicio en este sector provocaría que las farmacéuticas se tendrían que centrar más en comercializar para sobrevivir, que en la labor asistencial que realizan, hoy en día, con sus pacientes.
En este sentido, no solo las zonas rurales, también las urbanas afectadas por una fuerte estacionalidad o las de extrarradio, muy sometidas a la dispensación de medicamentos financiados con apenas con venta libre, se verían gravemente afectadas.
En los lugares donde apenas llega el SNS y únicamente cuentan con un único establecimiento sanitario, generalmente una farmacia, este tipo de establecimiento sanitarios tendrían que trasladarse a grandes urbes, con densidad alta de población y fuerte poder adquisitivo, en las que el negocio resultase mucho más rentable a las grandes multinacionales.
Otros modelos farmacéuticos en Europa
Dentro de la Unión Europea no existe ninguna regulación por parte del máximo órgano farmacéutico que establezca un mismo modelo para todos los miembros. De este modo, han surgido diversos sistemas, unos más intervencionistas y otros más liberales.
Así, las autoras Isabel González -profesora titular de Legislación y Deontología farmacéutica- y M. Pilar Bara -farmacéutica comunitaria-, establecen cuatro modelos distintos de gestión farmacéutica en Europa en el artículo ‘Modelos de farmacia en la Unión Europea: Análisis comparativo’ publicado en la revista Farmacia Profesional (vol 22, 2008). En cuanto a su desarrollo, se extrae la siguiente información:
– Modelo anglosajón o liberal. Se encuentra en países como el actual exmiembro de la Unión Europea Reino Unido o Países Bajos. Se caracteriza por tener el corte más liberal y “no hay restricciones ni en la propiedad ni en el establecimiento de las oficinas de farmacia”, tal y como afirman González y B
La localización de estas boticas, al no existir norma que lo regule, se encuentra en grandes urbes comerciales, dando de lado a las zonas menos habitadas. Además, los médicos rurales son los encargados de dispensar los medicamentos cuando la distancia entre farmacias supera los 4,5Km.
En cuanto a la propiedad, al no existir regulación, cualquier persona o sociedad puede poseer una farmacia. Sin embargo, existe un único requisito: que al frente de esta se encuentre un licenciado en Farmacia. En estos modelos no es difícil encontrar zonas en las que la ratio por farmacia y habitante supera los 7.000 habitantes por farmacia, mientras que en el modelo mediterraneo oscila alrededor de 2.500 habitantes por farmacia
– Modelo nórdico. En los países del norte del continente europeo tienen un modelo distinto. En cuanto a la localización de las boticas, en países como Finlandia, Dinamarca y Luxemburgo no existe una regulación específica. Eso sí, para llevar a cabo una apertura es necesario autorización por parte del Gobierno. En otros lugares como Suecia, todas las farmacias pertenecen al Estado.
En estos países no contemplan la propiedad tal y como lo imaginamos nosotros. “En estos países, la farmacia es una concesión administrativa que caduca cuando el titular alcanza la edad de jubilación o en caso de fallecimiento, por lo que no está permitido el traspaso de las oficinas de farmacia”, explican Bara y González.
– Modelo continental o mixto. Los países que se integran dentro de este modelo comparten algunos atributos entremezclados entre el modelo liberal y el mediterráneo, en función de las características concretas de cada región.
Por ello, el modelo farmacéutico se organiza en función de las características de cada país europeo, ya que sus costumbres y hábitos son diferentes según la zona geográfica.
Críticas al modelo farmacéutico mediterráneo
Según los agentes más críticos con el modelo mediterráneo en farmacias, este sistema debe ser modificado por uno de corte más liberal, ya que al globalizar el mercado farmacéutico y dar entrada a grandes multinacionales, se abarataría el precio de los medicamentos para los pacientes. No obstante, al analizar el precio de los medicamentos en modelos hiper-regulados como suele ser el mediterraneo (caso de España), encontramos que el precio es ya de por sí muy bajo y está sometido a continuas bajadas, casi mensuales
Por ello, desde LUDA Partners defendemos el modelo mediterráneo de farmacia, ya que ubican al paciente en el centro de todas las transacciones, confiando en la labor asistencial del farmacéutico y anteponiendo la salud de los pacientes al lucro económico.
Asimismo, con el modelo mediterráneo, por un lado, no se perjudican a las zonas más rurales de España, pero otro sí, pues al ser un modelo hiperregulado se las somete a ciertas presiones como el bajísimo precio de los medicamentos, la imposición de unos turnos de guardia que pueden incluir la práctica totalidad del año y que no se remuneran.
Por tanto, si se establece un modelo más liberal de farmacias, el emplazamiento y lugar de actuación de las boticas se retiraría a zonas más comerciales para obtener una mayor rentabilidad, en detrimento de los pacientes de estos entornos geográficos.
Por ello, se plantea que la solución puede ser potenciar la remuneración de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales, que han demostrado ser una vía de eficacia y eficiencia para el sistema sanitario.